Un mes

, por Martín Gaitán

Hace unos dias se cumplió un mes de mi llegada a Córdoba; qué loco, cómo pasa el tiempo. Pero pasaron muchas cosas importantes como para andar escribiendo sobre tan insignificante acontecimiento; por ejemplo:

  • los yankees confirmaron las sospechas sobre su estupidez y su egoismo
  • los uruguayos, por el contrario, al fin se jugaron por un cambio votando a Tabaré;
  • los índices de delitos disminuyeron en Buenos Aires, pero en la tele sigue la realidad del miedo—reja—palo—negros—chorros—secuestro—sangre—seguridad—blumberg—meentiende?
  • murió Yasser Arafat, y se fué sin ver a su pueblo libre y en paz
  • están dele que dele con un cuento chino, y nadie sabe si tiene final feliz, si tiene final, o si es el final
  • Lavagna sigue, silencioso, su lucha contra los ’acreedores’
  • se nos fué el canoso, el gran Adolfo Castelo
  • y hay mucha gente en este momento que tiene sed, hambre, y balas de soldados norteamericanos (y de otras nacionalidades) esperando por ellos.

Hoy se cumplió otro mes, y es de ése del que quiero hablar: un mes de toma en la Universidad Nacional del Comahue.

— Que difícil Tin, ¿por qué no hacés como la mayoría y te evitás meterte en un tema tan delicado? — intenta persuadirme mi subconsciente, justo antes de que mi inconsciente le encaje un piña bien puesta.

Atento, preocupado, orgulloso, intrigado, dudoso, nostalgico, furioso, desconectado, convencido. Son muchos estados teniendo en cuenta que estoy a cientos de kilometros de ’la verdad’.Pero ¿Cuál verdad? ¿La que escribió el Rio Negro todo este tiempo? ¿O la que me llegaba por emails de mis compañeros y amigos? En mi búsqueda diaria de alguna novedad logré una revelacion (que ingenuo era antes): los medios tienen poder y lo ejercen tergiversando, ocultando, omitiendo, confundiendo, y (como último recurso) ignorando los hechos. (8300) es el único medio que dió voz a los estudiantes; un capo el que hizo ese sitio, felicitenló de mi parte.

Me cuenta David:

En este último mes aprendi sobre los manejos de la universidad más que en los 4 años que llevo aquí adentro. Nunca pensé que fueran santos pero creí que al menos tenian convicciones firmes, ahora me di cuenta que el único criterio que los gobierna es patear para donde sopla el viento. Desde nuestro decano Boccanera (que se dió vuelta como un panqueque) hasta la rectora que ofrecio un dudoso "aumento de sueldo por 6 meses" a los No Docentes (eso que vulgarmente se conoce como coima), que por supuesto despues fue desmentido. Los únicos que mantuvieron una posición coherente fueron (fuimos y en caso de que hoy termine) los estudiantes, la verdad que fue muy bien organizado todo. Hoy puede ser un gran día.

Pienso, con la tranquilidad de estar frente al monitor tomando un café y con un montón de huecos de información, que yo no hubiese acordado con una medida como la toma. No porque esté en contra de la lucha, claro, fui de los que estuvo en el inicio. No hubiese acordado porque la considero una mala estrategia: si tenemos argumentos sólidos debemos sacarlos, hacerlos oir, ser inteligentes y saltearnos los obstaculos, llegar a la comunidad y hacerles entender que es la Universidad es de todos y entre todos debemos defenderla. Además me asusta el desgaste que se produce, la pérdida de valiosísimas clases y que le abre la puerta al manijeo de los que están todo el dia, convencidos de que está naciendo "la revolución".

Pero "Ganó la postura de los estudiantes", dice el diario del sábado que estoy leyendo. Y como un ching y chang, dentro de la gran felicidad que me invade me entristece saber que "la postura de los estudiantes" no es la postura de mi país, que no estamos convencidos que la educación pública, gratuita y de excelencia es la soga que va a sacar al país de este pozo tan profundo.

Más tristeza me da ver que en esta ciudad, que supo ser escenario de las luchas estudiantiles más importantes de la historia argentina, hoy estudian miles de jóvenes concetrados en defender ’lo suyo’ y que se sienten incómodos de escuchar (la palabra) ’política’ .

— ¿Qué ganan? ¿Les dan plata o algo? — me pregunta Dany, desinformado porque estudia acá, y CONEAU y la LES gozan de muy buena salud.

— No, no es plata, aunque eso también se reclama. Se gana mucho más, es un triunfo político, es gritar bien fuerte que en el Comahue queremos una Universidad distinta, para el pueblo y no para guardar el titulo en una carpetita y presentarse en la oficina de Recursos Humanos de una petrolera cruzando los dedos por un puestito.

— Ojalá sirva para bien — me dice.

— Ojalá

Como un antídoto reconfortante me llegan emails de mis amigos Edgardo y David, que me cuentan con sus palabras como vivieron este mes. Ellos, como tantos otros, no militan bajo una bandera partidaria, pero lucharon bajo firmes convicciones ideológicas. Para cerrarle la boca a los que esgrimen un argumento faláz, son excelentes estudiantes. Ellos estuvieron desde el principio, escucharon, leyeron, preguntaron, discutieron, levantaron la mano en cada asamblea y nunca se borraron a la hora de estar; nadie les lavó la cabeza ni los arreó como corderitos. Ellos saben bien que quieren un futuro mejor no sólo para si mismos y que tienen un rol que cumplir para lograrlo. Ellos tuvieron el coraje necesario para luchar y ser ejemplo.

Ayer fue un gran día, compañeros. Gracias por haberlo hecho así.