Pretexto

, por Martín Gaitán

En la primer entrada de esta bitácora y otro poco en esta les contaba sobre el nacimiento precóz de este sitio.

Por un lado fue bueno, mis ganas de escribir fueron más contundentes que detalles tan minúsculos como la apariencia. Es cierto que unos dias despues del lanzamiento (que pasó desapercibido para medios de morondanga como Página/12 y Le Monde Diplomatique pero no para Gorgojita ;-) cambié el diseño inicial por este que aún sigue, pero eso se debió más bien a una cuestión de prácticidad y facilidad de lectura en la pantalla.

Yo leo mucho en el monitor, y a eso hay que sumarle las horas programando y algun que otro divague internético. Por eso les aseguro que odio cuando una letra es chiquita, o tiene fondos oscuros, o no tiene un interlineado razonable. Mi hermano me dice que me va a pasar como a Hank en la película Simone, que murió por un tumor en el ojo.

Sonará contradictorio con eso de no fijarme en las pequeñeces, pero estuve pensandolo como treinta segundo y no me gusta el nombre. Lo decidí ayer cuando vino Anita a tomar unos mates y le mostré la página. Me dijo algo sobre el nombre del sitio que ahora no recuerdo exactamente, pero el tema me quedó rebotando en la cabeza, dando vueltas por adentro como un pez diminuto adentro del tiburón que lo tragó *). Por eso se lo cambié.

Este tampoco lo pensé mucho, pero se acerca más a lo que siempre sentí: Escribir es un pretexto. Me lo contó Augusto Monterroso:

"Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre. "

Escribir es explorar y aprender dejando evidencia de lo que fuimos, somos y podremos ser. Que sea este mi intento.