Nos reimos de... perdón, con ustedes.

, por Martín Gaitán

"Estúpidos hombres blancos", un libro de Michael Moore publicado en 2001 poco después del atentado a las Torres Gemelas, es un látigo satírico que azota las espaldas de los norteamericanos, desnudando su racismo, su mediocridad y la incompetencia y corrupción del presidente Bush.

Ese libro fue durante 8 semanas el bestseller #1 en Estados Unidos y durante 50 semanas consecutivas estuvo entre los 10 primeros de no ficción.

Con Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan, ha pasado algo parecido. Fue la película más vista durante varias semanas en "US and A".

¿Estúpidos, autocríticos o masoquistas?

Borat! es una hilarante película basada en el personaje homónimo de una serie británica, interpretado por el actor (y principal guionista) Sacha Baron Cohen.

Con estilo de falso documental (mockumentary le dicen los ingleses), la peli empieza con Borat mostrando su aldea en Kazajistán, un pueblo quedado en el tiempo, muy pobre, con costumbres muy peculiares como la “corrida del judío” y cuya mujer más vieja tiene 43 años. "Este es Orkin, el violador del pueblo", señala a uno mientras camina cámara en mano.

Borat es reportero de la televisión, y cuenta: "aunque Kazajístan es un glorioso país, también tiene problemas: económicos, sociales y los judíos. Por eso el ministro de información a decidido mandarme a US y A, el mejor país del mundo, para aprender lecciones para Kazajístan."

Así emprende su viaje a Estados Unidos, junto con su productor, una gallina y una botella de lágrimas de gitana.

Obviamente, el pais del norte lo maravilla de inmediato. Caga en la puerta del edificio Turner, se masturba en la vidriera de Victoria’s Secret y agradece las comodidades de su habitación en el hotel cuando en realidad sólo es el ascensor. Y en cuanto la ve en televisión, se enamora de Pamela Anderson.

"No es como ninguna mujer kazak que haya visto. Ella tiene el cabello de oro, dientes blancos como perlas, y el culo como de una niña de 7 años" dice.

Maravillado hasta los huesos, decide ir a buscarla a California, y en un camioncito de helados viaja de costa a costa desparramando su ácida incultura por todo el mapa.

En el camino se va demostrando que semejante cavernícola, proveniente de un país tan lejano, bruto y poco civilizado tiene mucho pero mucho en común con el estadounidense promedio. Allá viven el vendedor de armas que le recomienda una 9mm para matar judíos, los adolescentes blancos que odian a las minorías "porque tienen más poder que nosotros", los sureños del rodeo que le recomiendan que se afeite el bigote porque parece terrorista, los negros que le enseñan a hablar y a vestirse cool, y los religiosos fanáticos que lo exorcisan.

Buena película, Borat!. Para verla y pasar un buen rato. Por lo menos hasta que el reportero de Kazajístan venga a buscar lecciones a nuestro país, ¿cierto?.

Un chiste fuera de guión: fue prohibida en Rusia y varios países de la ex URSS, obviamente Kazajistán incluído.

Los yankis, en cambio, tienen una mejor forma defenderse: la convierten en un gran negocio, y ya.