Ferpecto quilombo
, por
No puedo dormir. Te tengo, como diría Eduardo, atravesada entre los párpados. No quería, no me sentía capáz, no tenía ni tengo claro qué escribo ahora, pero no hubo remedio...acá estoy, intentando que me salve el teclado.
No sé si intentar responderte esas preguntas que dudo si soy capaz de responder. No sé si indagar en porqué siento lo que siento y buscar la "verdad". No se si recordar momentos felices que pasamos juntos, que son muchos en muy poco tiempo. Tampoco sé si contarte todo lo que me ha pasado este tiempo en el que, ni un ratito, ni así de poquito, me pude olvidar de vos. Ni quise.
Pensaba, mientras queria dejar de pensar y dormirme, que seria imposible escribirte algo con coherencia. Algo que te clarifique lo me pasa, porque lo que me pasa, que tiene todo que ver con lo que nos pasa, es un quilombo. Un ferpecto quilombo. Soy una maraña, una contradicción andante, como un plato de fideos cada uno con distinto sabor, pero imposibles de separar porque están todos pegoteados.
Soy el que se enamoró de vos y de nosotros juntos, el que estaba distraído y lo atrapó un sueño, o quizás (no le quita magia) se dejó atrapar. Soy el que intentó conocerte todo lo que pudo y como pudo, y también el que creyó que no alcanzaba. Soy el que prometió estar, dar tiempo, amar lo suficiente para desterrar al propio egoísmo, y el que sangró cuando sintió que no tenia permiso. El que dudó de todo, de mi amor y del tuyo, de lo que fue y podría ser, el que intentó conformarse con lo lindo que hubo, y convencerse de que lo bueno, si breve...y más mierda de esa. Soy el que se sintió culpable y el que se arrepintió de lo que dijo, el que te echó la culpa y despues la reclamó, y el que quiso creer eso verso de que el tiempo lo cura todo, pero lloró como pocas veces antes. Soy el que no tiene las respuestas, y no quiere tenerlas sino es encontrandolas a tu lado. Soy el que cree que se puede. Soy el que no te quiere perder.
Te lo dije, fue una vez mientras él nos hacía: "Esto es de a dos, mi amor".