El otro bombardeo

, por Martín Gaitán

" El siglo veinte, que nació anunciando paz y justicia,
murió bañado en sangre
y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado.
El siglo veintiuno, que también nació anunciando paz y justicia,
está siguiendo los pasos del siglo anterior.
Allá en mi infancia, yo estaba convencido de que a la luna iba a parar todo lo que en la tierra se perdía.
Sin embargo, los astronautas no han encontrado sueños peligrosos,
ni promesas traicionadas, ni esperanzas rotas.
Si no están en la luna, ¿dónde están?
¿Será que en la tierra no se perdieron?
¿Será que en la tierra se escondieron?
"

Eduardo Galeano

Tengo conocidas israelíes. Con Mariano hicimos una excursión de cuatro días, recorriendo las maravillas del suroeste boliviano. Tres chicas llevando a cabo la empresa común para todo joven israelí luego del servicio militar: un viaje de placer por un lugar exótico. Y placer, para la mayoría a los veinti y pocos, significa fiesta. Así que ahí andaban las chicas, por Sudamérica, probablemente sin saber bien en qué parte del mapa queda eso, pero en busca de algo divertido para hacer o comprar.

En muchos destinos, el turismo israelí —al menos el joven y en grupo— no es bienvenido. Parece que el servicio militar les afecta un poco la soberbia, y acostumbrados a las UZIs en los brazos se ponen pendencieros y prepotentes. Sin embargo, este no era el caso de las chicas, que más allá del chato goce de su viaje, eran cuando menos simpáticas y suficientemente respetuosas. Claro que para conservar esa atmósfera procuramos evitar toda indagatoria política, y por supuesto emitir nuestra opinión.

Quedó insinuado, eso sí, que no eran fuera de serie. Y la serie, en Israel, permea al bombardeo de la prograganda inmunda: ayer, una de ellas me envió este mensaje adjuntando un video tan burdo como morboso, que intentaba demostrar la maldad intrínseca de los despiadados musulmanes.

see why we are attacking them it’s impossible to live like this!!! the hamas is hiding in hospitals behind children they are terorrists!!!! stop protecting them!!!!!

— Mirá por qué los estamos atacando! — justifica la muchacha —¡Es implosible vivir así!.

Y repite lo que probablemente leyó en la prensa del día, que es lo mismo que vocifera la señora ministra por TV, muy rubia ella, muy ex Mossat: Hamas se esconde en los hospitales escudándose con niños, son terroristas. ¡Paren de protegerlos!

Así, con esos gritos desesperados, la muchacha clama por lo que aprendió justo y necesario, y le exige al mundo que no sea cómplice de los terroristas. Así, con esos gritos desesperados, se vuelve una víctima más del más despiadado y devastador bombardeo israelí: el bombardeo ideológico contra su propio pueblo.

Lo patentaron los nazis, pero las derechas del mundo lo han utilizado desde siempre: miente, miente, que algo quedará. A veces la mentira, como las armas de destrucción masiva, no les dura tanto (aunque alcanza para destruir un país y hacer buenos negocios). A Israel, en cambio, le dura desde siempre: amparado en el fanatismo religioso propio y el ajeno, el racismo fomentado por años, y tergiversando a niveles de venganza constante la defensa de su derecho —genuino, como el de todos los pueblos del mundo— a existir, justifican la masacre más cruenta de las últimas décadas. Ocultan, como dice Juan Gelman, entre los escombros y la televisión, su ambición expansionista.

La propaganda es una de las aristas más importantes en las guerras actuales, denominada por el mundillo militar como Guerras de Cuarta Generación. Es la herramienta crucial, que debe estar más aceitada que las armas, para iniciar un ataque bélico.

Un ejemplo del montón: El diario de más circulación en Israel —un país con un altísimo indíce de lectura de períodicos por habitante — es el Haaretz. Es un diario que algunos describen de izquierda y que fue acusado de sesgo anti-israelí por el facistoide grupo pro-israelí CAMERA. Sin embargo, Haaretz publicó ayer, en página destacada, la columna de opinión de la periodista catalana Pilar Rahola, publicada orginalmente, en español, en el también ecléctico La Vanguardia de Barcelona. El artículo se titula «La histeria antiisraelí». Rahola interpela a los "pancartistas" europeos que salieron a las calles a exigir el retiro de las tropas de la Franja de Gaza. Pregunta, casi como mi conocida israelí, ignorando deliberadamente que un delirio no excluye a los otros, y que la sangre también la ponen inocentes:

¿La libertad se defiende adiestrando a niños para el suicidio y esclavizando a mujeres?(...)¿La solidaridad con los palestinos se defiende minimizando el terrorismo y perdonando las agresiones de Hamas? ¿Se defiende la paz aupando a líderes palestinos que no creen en ella?

Y concluye cínicamente:

Lo que está ocurriendo en Gaza es trágico. Pero no empezó con la incursión de Israel. Y cargar todas las culpas contra Israel es cómodo y es simple, pero no sirve de nada. Porqué el principal enemigo del pueblo palestino palpita en su interior.

Es terrible extrapolar lo que dirá la prensa de derecha, principalmente la TV, si esta es la de izquierda. Las bombas se oyen, se ven y se leen por todos los costados.

Acaba de morir una familia más en Jabalia; un tanque israelí derribó su vivienda. En algo tiene razón la muchacha: es imposible vivir así.