Formar parte del Club de Estreñidos Crónicos (el C.E.C.) cambió la vida de muchos. Se reunen casi siempre en la casa del Doctor Zuvinter y en algunas oportunidades en la casa de Doña Mercedes Ruiz de Oviedo. Es un grupo unido, apretado como dicen ellos; un grupo con mucha fuerza.
Por estatuto, el Club no hace diferencias de edad, clase social, sexo o religión. Basta con tener el ceño fruncido, suficiente mal genio y, sobre todo, cagar poquito y casi nunca. En las reuniones participan (…)
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Ficciones
Artículos
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La ciruela mágica
26 de enero de 2010, por martin -
Verdes menesteres
16 de julio de 2008, por martinPepe teme que se le fermente el semen. ¡Qué mequetrefe! Trece meses que el “treque-treque” le repele. Pretende que Teté, ex ente del Jet-set, le reste peste. Teté — Pepe, es el tercer mes que me ves ¿Qué tenés pebete? ¿es estrés? ¿es Menem? ¿temés que el frente CCC-CGT le deje de pertenecer? Pepe — Ehhhh...estemmmmmm... Teté — ¡Teneme fe che! ¿Querés que te enseñe el zen que sé? Let’me see, es este: “Mentes terrestres que ven el este en New Jersey ¡Elévense! Dejen de meterse en él. (…)
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El Señor Triste
5 de febrero de 2005, por martinLas Grutas es un lugar con pujanza. Está creciendo a un ritmo vertiginoso en los ultimos años y la demanda de servicios y hospedaje sigue en aumento cada temporada. Su pintoresco paisaje, el mar cálido y calmo, y el hacinamiento un poco más soportable que en la costa bonaerense, hacen de este balneario un sitio elegido por miles de turistas de todo el país.
El presente grutense fue tentador para muchos comerciantes e inversionistas, pero el análisis fue un poco exagerado por el Señor (…) -
Identidad
11 de octubre de 2006, por martinUna vez más, batiendo records de estupidez, he perdido mi documento. El próximo será mi... cuadruplicado. Los documentos y las gomas de borrar, al menos los mios, son objetos destinados a la dimensión de las cosas perdidas. Allí deben estar, haciendose un lugar entre inocencias.
Sin embargo, los perjuicios que ocasiona el extravío de uno y otro objeto son bastante distintos. La goma es más fácil de suplir: siempre cabe la posibilidad de encontrar una no muy mordida en algún lápiz chino (de (…) -
La habitación
8 de julio de 2005, por martinEntre muchos tachones y una caligrafía que a fuerza de teclado está cada vez más horrible, sobreviven los últimos textos que hice para el taller de escritura.
Antes de que pierda el cuaderno o, más probable, el coraje de mostrarlos, voy a ir publicando acá algunos de ellos, acompañados de la consigna que los parió (por cesárea).
La mayoría de estos textos fueron escritos en clase, un martes a la tarde entre marcianos, de un tirón y en el poco tiempo que queda entre chupar mate, comer (…) -
Azul, mi amor de invierno
29 de enero de 2010, por martinAzul, es difícil empezar esta carta. Es que hace mucho que no escribo, pero más tiempo hace que no me pasaba algo como vos. Sí, ya sabés que soy cursi.
¿Cuándo te conocí? No me acuerdo el día exácto, pero sé que era de noche y hacía mucho frío. Si sé dónde: fue en la farmacia ¿te acordás? La farmaceutica se sonrió suspicazmente cuando te miré; creo que lo entendió todo mucho antes que nosotros.
Qué torpe lo mio al principio, no sabía ni cómo tratarte. Me daba vergüenza hablarte, (…) -
Mi carrera secreta
5 de julio de 2005, por martinEn Córdoba es casi imposible jugar a las Carreras Secretas, esas que el Negro Dolina describía en un cuento:
Se trata de elegir en la calle a una persona de caminar ágil y proponerse alcanzarlo antes de llegar a un punto establecido. Esta rigurosamente prohibido correr. Antes del comienzo de cada justa, se deciden las recompensas y penalidades: si llego a la esquina antes que el pelado, aprobare el exámen de lingüística.
Esto sucede no por falta de ágiles competidores, mucho menos por (…) -
Los mimos y las masas
31 de enero de 2010, por martin"Susana amasa la masa", acataba mi lápiz, con la punta filosa casi lista para apuñalar. Al lado, muchos garabatos contrastaban la hoja Rivadavia, acusando un gran fastidio acumulado.
Por fortuna, gracias a mi prolífica imaginación infantil nunca sucumbí al invasivo sopor. Las gansadas prolijas con tiza blanca o azul sólo motivaban a soñar otros mundos.
Cuando mis ojos apagaban la luz podía disfrutar, pongamos por caso, a Maradona marcando un gol magistral visto sólo por mi; o quizás a (…) -
Hazañas zarpadas
25 de abril de 2008, por martinLa barra brava va pa’ la cancha. Canallas, casaca a rayas. Las caras marcadas, las gargantas raspadas. Mala facha. Baranda a cancha baja atrás. La chala daña, la pasan mal.
Pasada la valla, la barra da masa. ¡Batalla Campal! Tras la avalancha falta paz: Paf! Paf! Ahhhh!!! Pará, ¡pará!. Pachá, fana canalla, faja a maracas para sacar plata. Más allá ‘taba Larva, flashada a rama, calzaba navaja. Facaba, mataba...’taba para atrás.
¿La cancha?, sangrada: acá, allá, más allá. Larva and Pachá (…) -
El taller, gimnasio de la neurona
26 de abril de 2005, por martinMis ganas son suceptibles a muchas cosas. Al frío, a la rutina, a mis gustos, a la falta de una "idea brillante", a mis noches y mañanas. Mariconas resultaron mis ganas.
Para hacerlas mas machitas y obligarlas un poco a aparecer, hace unas semanas empecé un taller de escritura creativa coordinado por un tal Jorge Felippa, que me vine a enterar luego, es profesor, editor y escritor con flamante primer libro publicado.
La metodología del taller es simple. Se trabaja sobre algun eje (…)