en la noche tu vientre detiene astros/ respira como tierra/ tu vientre es tierra/ en el trigo de tu vientre vuelan pájaros que cantan en lo que va a venir/
— o— nila nochi tu ventre queda astrus/ respira comu terra/ tu ventre es terra/ nil trigu di tu ventre volan páxarus qui cantan in lu qui va a venir/
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De otros
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Dibaxu XXI
4 de diciembre de 2014, por Juan Gelman, martin -
Peluquería
10 de noviembre de 2014, por martin, Pedro MairalEn la luz del espejo le están cortando el pelo al que yo soy. La gran tijera que recorta el día roza la yugular, roza la nuca con el frío metálico de un arma; y el que yo soy me mira porque sabe, porque tiene al revés el corazón. La voz del locutor anuncia una jugada peligrosa, el peluquero mira a la pantalla, (su equipo va perdiendo) me hace una pregunta, yo me miro decir que no me gusta el fútbol, miro cómo me crecen las orejas y en el humor helado, la tijera me susurra su tajo.
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Qué hago ahora
10 de noviembre de 2014, por Silvio RodríguezDónde pongo lo hallado en las calles, los libros, las noche, los rostros en que te he buscado. Dónde pongo lo hallado en la tierra, en tu nombre, en la Biblia, en el día que al fin te he encontrado. Qué le digo a la muerte tantas veces llamada a mi lado que al cabo se ha vuelto mi hermana. Qué le digo a la gloria vacía de estar solo haciéndome el triste, haciéndome el lobo. Qué le digo a los perros que se iban conmigo en noches pérdidas de estar sin amigos. Qué le digo a la luna que (…)
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Por eso
5 de noviembre de 2014, por Pedro Mairalporque yo me desierto y tú me lluvias porque me océano y me balsas porque me otoño y tú me hojas porque me sótano y me alas por eso yo te músico y me músicas por eso yo te potro y tú me frutas y yo te marinero y me tabernas y yo te remolino y me lagunas por eso yo te circo y tú me infancias por eso te amarillo y me amarillas y te barco y me arenas y te astro y me noches y te buzo y me perlas y te campo y me flores por eso yo te viento y tú me crines por eso te crepúsculo y me auroras por eso (…)
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Hermanos
31 de mayo de 2014, por martinAire, fuego y agua casi sin querer alzan las montañas, las dejan caer. Rigen los destinos, por allá o aquí nunca, nadie, nada te alejará de mí. Hijo, madre, hermano, toman sin pensar sendas diferentes, propios de su andar. Y así nomás se quieren, por allá o aquí. Nunca, nada, nadie te alejará de mí. Tiempos y distancias, casi sin razón, a veces nos separan y otras veces no. No ha desespararte con esta canción, nada, nadie, nunca, de mi corazón.
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Synecdoche, New York
8 de febrero de 2014, por martinA la memoria de Philip Seymour Hoffman
Todo es más complicado de lo que piensas. Sólo ves un décimo de lo que es verdad. Hay un millón de pequeños hilos ligados a cada decisión que tomas.
Puedes destruir tu vida cada vez que eliges. Pero tal vez no lo sepas por veinte años... y tal vez nunca jamás lo rastrees hasta su origen.
Sólo tienes una oportunidad de representarlo.
Intenta comprender tu propio divorcio.
Dicen que no existe el destino, pero existe. Es lo que tú creas.
Y (…) -
Aire durando
6 de marzo de 2013, por Manuel del Cabral, martin¿Quién ha matado este hombre que su voz no está enterrada? Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja... Este sudor... ¿por quién muere? ¿por qué cosa muere un pobre? ¿Quién ha matado estas manos? ¡No cabe en la muerte un hombre! Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja... ¿Quién acostó su estatura que su voz está parada? Hay muertos como raíces que hundidas... dan fruto al ala. ¿Quién ha matado estas manos, este sudor, esta cara? Hay muertos que van subiendo (…)
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Historia de una mujer bomba
12 de diciembre de 2012, por martinSan Miguel de Tucumán, la capital de Tucumán, una provincia ubicada en el Norte de la Argentina, tiene sus calles repletas de naranjos. Están dispuestos en hilera en casi todas las aceras y eso hace que la ciudad entera destile una euforia boba, a veces insoportable. Frente a la casa de Susana Trimarco de Verón hay uno de esos árboles. Conserva todos sus frutos –nadie los ha llevado- y es fácil detenerse en ese mínimo paisaje y tener un acceso de tranquilidad: en Tucumán la gente es buena, parece, y no arranca nada que no le pertenezca.
—¿Qué decís? –interrumpe Trimarco y frunce la nariz con asco-. A estas naranjas no se las roban porque son amargas, son feas. No sirven para nada.
Trimarco tiene 53 años y un pasado optimista. Cinco años atrás tenía también un marido, una casa, dos trabajos, dos autos y dos hijos: Horacio, que se fue a vivir al Sur de la Argentina, y María de los Ángeles –Marita-, una chica de sonrisa panorámica que una mañana salió de su casa para ir al médico y nunca más volvió. La desaparición ocurrió el 3 de abril de 2002. Ese mismo día, Trimarco dejó de ser lo que era –un alma en orden- para transformarse en esto: una persona de labios duros que se para en la acera, mira un naranjo, hace una mueca de desprecio y dice que acá, en Tucumán, nada es lo que parece.
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#8N: Yo no voy
9 de noviembre de 2012, por martinYo no voy. Claro que no voy.
Que no vaya no significa que piense que está todo bien, que no hay nada que criticar o que cambiar. No significa que yo no esté también enojado por algunas cosas. Significa que creo que este país de hoy es mucho mejor que los distintos países hipotéticos que me proponen los que me invitan a marchar contra el gobierno — tanto los dirigentes que lo hacen públicamente como muchos conocidos de Facebook, o las cadenas de mails que recibo, o los personajes públicos más representativos que sé que estarán ahí tratando de capitalizar la protesta. La mayoría, en realidad, no me propone nada más que el antikaísmo, pero los pocos que dicen qué quieren me asustan. Que no vaya significa también que en los últimos casi diez años vi al país yendo en una dirección muy parecida a la que siempre quise y por la que milité muchos años, con aciertos y errores, con marchas y contramarchas. Y que hoy siento que estamos mucho mejor que antes de 2003. Significa, también, que no creo que las opciones que se presentan —no una abstracción idealizada, sino las realmente existentes y disponibles— sean mejores. Al contrario, creo que son nefastas.
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¡A mí no me la vas a contar! (1951)
14 de septiembre de 2012, por martinResulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquito. Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote. Vos, sí, vos, que ya estabas acostumbrado a saber que tu patria era la factoría de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado.
¡Pero con el sobretodo te quedaste! (…)