Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo porque en el fondo es todo, como un perro que pasa, una colina, esas cosas de nada, cotidianas, espiga y cabellera y dos terrones, el olor de tu cuerpo, lo que decís de cualquier cosa, conmigo o contra mía, todo eso es tan poco, yo lo quiero de vos porque te quiero. Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia del mañana, que el grito de tu entrega se estrelle en la cara de un jefe de oficina, y que el placer que (…)
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De otros
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Una carta de amor
8 de mayo de 2008, por Julio Cortázar, martin -
Sueñero
2 de mayo de 2008, por martinSilbo en la oscuridad animal sin reposo torres de la vigilia candela de los ojos. No sé qué pueda ser si una curva del tiempo o un hueco en el corazón atento . Trigo sobre el brocal para que coma el hambre y abajo el peligroso agujero de la sangre no hallo, no puedo ver mas que la noche alerta y el misterio detrás de las puertas. Sueñero, jinete sin descanso; sueñero, sobre un papel en blanco sueñero, centinela de mi alma, sueñero, duérmete y dame (…)
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La pequeña muerte
28 de abril de 2008, por Eduardo Galeano, martin -
La historia viene de lejos
26 de abril de 2008, por martinEl primero que lo dijo no fue Diógenes el cínico sino el cíclope Polifemo. Interrogado por Ulises sobre las razones de su misoginia, Polifemo pronunció el famoso discurso:
"Tener relaciones sexuales con una prostituta cuesta dinero y puede costarte la salud. Tenerlas con una virgen te hace correr el riesgo de que los padres te obliguen a casarte. Amar a tu propia mujer es aburrido. A la ajena, peligroso. A un hombre, repugnante. Yo me libro de todos esos inconvenientes gracias a mi mano (…) -
Para vestirte hoy
22 de abril de 2008, por martinPuedo acariciar tu vozser tu desiertoy mirarte horas enteras.Puedo acercarme a vosy no ser tan tercopisando la basura del puerto.Desde el marno hay piedadsi vos no te mojásSe cansóla ansiedad,la pena y el dolor.Puedo desestructurartodo tu misteriopecando sin pensar en lo buenoAmarrarme a tu solser más sinceroen medio del calor de febrero.Y contarcada luzque nos hace temblardesnudarla canciónpara vestirte hoy.Puedo descontracturartodo tu venenoy hacerlo caracol en el sueloNo parar de festejarcada fragmentoy darme el gusto de que sea nuestro.Despertaren el mary ser la espuma grisdesnudarla canciónpara vestirte hoy. -
Y el amor...
18 de abril de 2008, por martinEl milagro de existir, el instinto de buscar, la fortuna de encontrar, el gusto de conocer. La ilusión de vislumbrar, el placer de coincidir, el temor a reincidir, el orgullo de gustar. La emoción de desnudar y descubrir, despacio, el juego. El rito de acariciar prendiendo fuego, La delicia de encajar y abandonarse, el alivio de estallar y derramarse. Y el amor...
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Última empresa
16 de abril de 2008, por Isidoro Blaisten, martinLas ideas las tenía yo, ella las ponía en práctica. En general a mí las ideas se me ocurrían cuando espantaba recuerdos o cuando sentado a mi escritorio de ideas jugueteaba con la réplica del puñal de Sandokán, o miraba arder el fuego de la salamandra o miraba el cielo a través de la ventana. Yo hubiera querido, y se lo dije a ella muchas veces, que todas las ideas hubieran sido sometidas a un control estricto de calidad. Yo quería tirar las ideas sobre el escritorio de ideas, atacarlas por (…)
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Edad
8 de abril de 2008, por martin¿Qué se puede hacer en ochenta años? Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría de vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena.
Un programa honesto requiere ochocientos años. Los primeros cien serían dedicados a los juegos propios de la edad, dirigidos por ayos de quinientos años; a los cuatrocientos años, terminada la educación superior, se podría hacer algo de provecho; el casamiento no debería hacerse antes de los quinientos; los últimos cien años de vida (…) -
El enamorado
5 de abril de 2008, por Jorge Luis Borges, martinLunas, marfiles, instrumentos, rosas, lamparas y la linea de Durero, las nueve cifras y el cambiante cero, debo fingir que existen esas cosas. Debo fingir que en el pasado fueron Persepolis y Roma y que una arena sutil midio la suerte de la almena que los siglos de hierro deshicieron. Debo fingir las armas y la pira de la epopeya y los pesados mares que roen de la tierra los pilares. Debo fingir que hay otros. Es mentira. Solo tu eres. Tu, mi desventura y mi ventura, inagotable y pura.
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Preguntas
2 de abril de 2008, por Juan Gelman, martinYa que navegas por mi sangre y conoces mis límites y me despiertas en la mitad del día para acostarme en tu recuerdo y eres furia de mi paciencia para mi dime qué diablos hago por qué te necesito quién eres muda sola recorriéndome razón de mi pasión por qué quiero llenarte solamente de mí y abarcarte acabarte mezclarme a tus huesitos y eres única patria contra las bestias del olvido