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Waliki
Domingo 4 de mayo de 2008, por
<cita|linea1=Kamisa amawapiskasma, jamaraki amawapiskita.|linea2=(Como yo los amo, deseenme la paz a mí)|autor=Proverbio aymara>
El aymara es, probablemente, el idioma más cercano a la lengua de los
tiwanakotas, la primera civilización altiplánica que ocupó las tierras
de nuestro continente cerca de 2000 mil años antes que los incas,
imperialistas de vanguardia, hicieran de las suyas. Esto, para
contextualizar, fue cuando el bisabuelito de María aún no había nacido y
el Espíritu Santo ni siquiera tenia vello púbico.
Tres milenios después hay en estas tierras un presidente
descendiente de esa cultura originaria, pacifista y ecologista, que
fue atacada y dominada por los distintos imperios de turno, pero nunca
sucumbió. Tres milenios después, este presidente, su pueblo y todos sus
pueblos hermanos se ponen de pie y dicen ¡basta! Son voces tímidas,
acostumbradas al golpe, a la sumisión y al olvido. Pero son miles y ya
no tienen miedo.
Bolivia es un país en revolución. Es una revolución tan profunda, tan
masiva y con tanta fuerza que es difícil darle forma, encasillarla y
predecirla. Pero avanza y nada de lo que toca volverá a ser lo que
era.
Claro, las fibras de poder a las que esta revolución se enfrenta no
son pocas, en los términos en que este sistema concibe el poder: en
poquísimas manos está la tierra más rica del pais, los recursos
tecnológicos estratégicos (como las refinerias de hidrocarburos y
minerales) son extranjeros, y, por supuesto, el fuego mediático está en manos del enemigo. .
Pero hay cientos de organizaciones sociales, campesinos indígenas
originarios, sindicatos con décadas de luchas y dinamitas en sus manos,
una universidad pública fuerte que poco a poco va eligiendo
el camino del pueblo y un hombre que es símbolo y referente del
cambio. Se llama Evo, es indígena y cocalero.
Durante este tiempo la revolución mantiene una dura batalla: aprobar
la reforma constitucional para convertir a Bolivia en un estado
plurinacional y multicultural, basada en profundos conceptos
garantistas, antineoliberales y pluralistas que son de vanguardia.
Algunos párrafos del nuevo preámbulo dicen :
"[...]Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y
comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y
nuestra diversidad como seres y culturas. Así conformamos nuestros
pueblos, y jamás comprendimos el racismo hasta que lo sufrimos desde
los funestos tiempos de la colonia.[...]
El pueblo boliviano, de composición plural, desde la profundidad de la
historia, inspirado en las luchas del pasado, en la sublevación
indígena anticolonial, en la independencia, en las luchas populares de
liberación, en las marchas indígenas, sociales y sindicales, en las
guerras del agua y de octubre, en las luchas por la tierra y
territorio, y con la memoria de nuestros mártires, construimos un
nuevo Estado.[...]
Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal.
Asumimos el reto histórico de construir colectivamente el Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que integra y
articula los propósitos de avanzar hacia una Bolivia democrática,
productiva, portadora e inspiradora de la paz, comprometida con el
desarrollo integral y con la libre determinación de los pueblos "
En La Paz, invitados por nuestra adrenalina y la solidaridad de algún
compañero que conocimos por ahí, participamos como oyentes en un
taller para difusores de la nueva constitución, en el marco de la
campaña por el «Sí a la reforma» que está en marcha. El detalle de
semejante acto de horizontalidad, con representantes tan diversos como
el pueblo boliviano, es que se realizaba en el mismísimo Palacio de la
Vicepresidencia, edificio que enarbola una bandera gigante de Bolivia y una Wiphala (la bandera de los pueblos originarios) de igual tamaño en
su entrada. Si esto no es revolución, diganme adónde la encuentro.
Como Bolivia, nuestros ojos y nuestros corazones ya no serán los
mismos después de este viaje. Algo se encendió y es difícil que se
apague. La fe en nuestros pueblos, siempre vigente y altiva, ahora
sabe que no es sólo idealismo. En nuestros puestos de lucha, desde
nuestro privilegio de poder formarnos intelectualmente y poder comer
cada dia, con la fuerza y la alegría de nuestra historia y nuestros
sueños, vamos a entregar nuestro sudor y nuestra sangre por la
Pachamama y sus seres, que merecen vivir en plenitud e igualdad.
¡Viva Bolivia y su revolución!
Este texto fué un email a muchos destinatarios que envié el 4 de ferebro de 2008 bajo el título «Waliki (estoy bien)». Unos dias después el Fer lo publicó en Efecto Tábano.
Lo publico aquí, por varios motivos: primero porque siento que este debería ser su habitat natural;en febrero este weblog seguía cerrado por melancolía y recién tiempo después encontré las llaves de su alegría. Segundo porque es una forma, torpe y pasiva pero llena de sentimiento, de solidarizarme con el Pueblo Boliviano, en esta lucha que se sigue agudizando. Y tercero, porque hay una continuación que pronto publicaré.
Mensajes
4 de mayo de 2008, 20:22, por Mr. X
Si vos repetís la entrada, yo repito el comentario: ¡Hay de los estudiantes de abogacía bolivianos que deban memorizar semejante payasada jurídica! Muy dignas palabras de cualquier literatura latinoamericana, pero inútiles como declaraciones constitucionales...
Ver en línea : http://deliriosemocionales.com.ar/
5 de mayo de 2008, 01:49, por tin
que mayor logro podemos pedir para una declaración constitucional que expresar la dignidad?
Varios han dicho que el nuevo texto constitucional esta bastante mal redactado y hasta yo me doy cuenta que a veces redunda en explicitar casos muy particulares de derechos (tiene mas de 400 articulos!).
Sin embargo, evito meterme en los tecnicismos: el valor de este texto no está en su precisión ’jurídica’ sino en el valor de simbolo y poder que tiene para el pueblo boliviano. No es inutil, porque el pueblo lo siente como herramienta propia que ellos mismos crearon — en ese sentido es mucho, pero mucho mas util que nuestra constitución — .
Ver en línea : http://www.textosypretextos.com.ar
5 de mayo de 2008, 16:51, por Fernando Bossi
Revolución y contrarrevolución en Bolivia
Bolivia indígena
La cultura indígena del actual territorio boliviano se remonta a más
de 5000 años. La cultura tiahuanaco, floreciente en las centurias
del 600 al 800 de la era cristiana, fue escenario, en enero del
2006, de la ceremonia donde el presidente Evo Morales celebró, con
los pueblos originarios y un día antes de la toma del gobierno en el
Palacio Quemado de la Paz, el triunfo popular que lo llevó a la
primera magistratura.
Se calcula que entre el 55 y el 60 por ciento de la población en
Bolivia es indígena. Quechuas y aymaras constituyen la gran mayoría
de esa población; chiquitanos, guaraníes, ayoreos, guarayos,
pausernas, chiriguanos y otros grupos menores le siguen en
importancia numérica. Los primeros se ubican en el altiplano y
valles, los segundos en el oriente boliviano. El resto de la
población es mestiza, una pequeña minoría es blanca.
El 60 por ciento de la población vive en las ciudades, el 40 por
ciento en el área rural. Bolivia tiene una superficie total de 108
millones de hectáreas de las cuales 72 millones no sirven para la
agricultura ni la ganadería. De las 36 millones de hectáreas aptas
para las faenas agropecuarias 32 millones están en manos de 40.000
empresas medianas y grandes. Solo 4 millones de hectáreas quedan
para los más de 500.000 campesinos pobres, casi en su totalidad
indígenas.
Hace algunos meses, el Ministro de Tierras Alejandro Almaraz informó
que 17 familias, personas y empresas, detentan 512 mil hectáreas de
tierra en el rico departamento de Santa Cruz.
Surcofundio, minifundio y latifundio, son términos que expresan
formas de propiedad de la tierra que delatan la injusticia social
que sufre el pueblo boliviano y en particular la población indígena.
Nace la "hija predilecta del Libertador"
Bolivia nace en 1826 como corolario de la guerra contra el
colonialismo español. Todos sabemos que el Libertador Simón Bolívar
se opuso en primer momento a la conformación de un país
independiente con las provincias del Alto Perú (así se denominaba a
la región que constituía parte de las Provincias Unidas del Río de
la Plata). Más por iniciativa del Mariscal Sucre se llevó a cabo un
congreso que decidió por la independencia, denominando al nuevo país
con el nombre de Bolivia, en homenaje al Libertador.
Los Libertadores expulsaron a los colonialistas y la oligarquía
expulsó a los Libertadores.
Poco tiempo duró Antonio José de Sucre en la presidencia de la nueva
república. Si bien su gobierno fue ejemplar en todos los aspectos,
la oligarquía boliviana conspiró de tal forma que logró apartar al
Mariscal de Ayacucho de la presidencia, echando por tierra todos los
decretos revolucionarios emanados de Bolívar y de las medidas
progresistas asumidas por Sucre.
La oligarquía boliviana así, alcanzaba su doble objetivo: expulsar a
la burocracia española y también a los libertadores del
colonialismo. Toda Bolivia se convertía en una gran hacienda y campo
minero para usufructo de unas pocas familias aristocráticas.
De ahí en más, la "hija predilecta del Libertador" quedó sumergida
al arbitrio de una clase dominante sustentada en la explotación del
indio y el pueblo en su conjunto. Tupac Catari, Pedro Murillo,
Manuel Asencio Padilla, Bartolina Sisa, Miguel Lanza, Juana Azurduy,
Idelfonso de las Muñecas, Vicente Camargo y tantos patriotas y
revolucionarios que dieron su sangre por la liberación, pasaron al
olvido por la acción de los dueños de las minas y las haciendas. El
último intento por retomar las banderas bolivarianas, llevado
adelante por Andrés de Santa Cruz al constituir la Confederación
Peruano-Boliviana, también fracaso ante la conspiración de las
elites. Esa misma oligarquía, que históricamente traicionó, se
vendió al extranjero y explotó a su pueblo, es la que hoy atenta
contra el gobierno legítimo de Evo Morales.
El saqueo de Bolivia
Primero la plata, luego el estaño, más tarde el gas y el petróleo,
siempre los recursos naturales, fueron, durante más de 500 años
saqueados por la oligarquía en complicidad con los imperios de turno
(España, Inglaterra y Estados Unidos). Bolivia así, en ese camino de
explotación y atropello, perdió su salida al mar ante la feroz
embestida de la oligarquía chilena. Luego se desangró en una guerra
contra Paraguay inventada por las petroleras Standard Oil (la actual
Exxon de Estados Unidos) y la Shell (Inglaterra). Más de 200 mil
muertos, entre paraguayos y bolivianos, regaron con su sangre el
inhóspito territorio del Chaco, donde las empresas imperialistas
pensaban que había petróleo.
Salvo breves interregnos, cuando gobernó "el tata" Isidro Belzú,
protector de indios y pobres, la insurrección indígena y campesina
de Wilka Zárate, los brevísimos gobiernos nacionalistas de Germán
Busch, David Toro y Gualberto Villarroel, Bolivia fue una factoría
anglo-estadounidense que producía estaño, a costa del trabajo semi
esclavo, para las metrópolis capitalistas. El nombre de Simón
Patiño, principal dueño de la minería boliviana, quedó grabado en la
memoria del pueblo como sinónimo del diablo y su perversidad.
La Revolución Traicionada
La Revolución Boliviana de 1952, conducida por el Movimiento
Nacionalista Revolucionario, MNR, logró nacionalizar las minas y
llevar adelante una tímida Reforma Agraria. El MNR en el poder
alcanzó algunos avances en la inclusión social del sector
mayoritario y más postergado de la sociedad: los indígenas. Pero
poco a poco, a través del constante accionar de la oligarquía y el
imperialismo, la revolución fue desdibujándose hasta terminar
traicionando los postulados fundacionales.
Nuevamente la oligarquía se enseñoreaba sobre la sufrida Bolivia.
Gobiernos entreguistas, dictaduras sangrientas, fuerzas
de "izquierda" que ni bien llegaban al gobierno mutaban en derecha,
fue la constante de las últimas cinco décadas de historia
(seguramente con la excepción del brevísimo gobierno de general
Torres). El colmo: el gobierno de Gonzalo Sánchez Lozada, presidente
por el MNR ya neoliberal, que ni siquiera sabía hablar bien el
idioma español, ya que había sido educado en Estados Unidos y
pronunciaba el castellano con fuerte acento inglés
Consenso Washington y resistencia popular
Este gobernante, Sanchez Lozada, fue quien llevó a último extremo la
aplicación del Consenso Washington en Bolivia: privatizaciones, fuga
de capitales, extranjerización de la economía, concentración de las
riquezas, etc.
Pero ante tanta entrega, los movimientos sociales, que siempre
resistieron al modelo de explotación, fueron ganando en madurez y
organización. La vanguardia aparece en la región del Chapare,
departamento de Cochabamba, donde se planta la hoja de coca y se
vende a precio superior a otros cultivos. Allí es donde fueron a
parar, expulsados por la miseria, el minifundio y la desocupación en
las minas, infinidad de trabajadores mineros y campesinos del
occidente boliviano. La experiencia sindical aportada por estos
nuevos trabajadores del Chapare ayudó a la constitución de poderosas
federaciones sindicales campesinas. Uno de los principales
dirigentes que encabeza esas nuevas organizaciones combativas es Evo
Morales Ayma.
Evo Morales
Combatidos por los gobiernos de turno y desde la embajada de Estados
Unidos, con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, los
cocaleros resistieron heroicamente la intervención de las fuerzas de
seguridad del Estado y de los agentes de la DEA. Hechos heroicos de
todo un pueblo en lucha se dieron sucesivamente. El nombre de Evo
Morales y los cocaleros recorría Bolivia como sinónimo de rebeldía,
lucha por la justicia social y defensa de los recursos naturales.
El resto de la historia es reciente y conocida. La Guerra por el
Agua en Cochabamba, la Guerra del Gas en todo el territorio, la
defensa de la coca y los recursos naturales, el estallido social que
echó al presidente Sánchez de Lozada y la constitución del
Movimiento al Socialismo como instrumento político de las fuerzas
sociales, fueron jalones que allanaron el camino para que Evo
Morales llegara a la presidencia por el voto popular en diciembre de
2005.
Revolución Democrática y Cultural
El primer indígena que llega a la presidencia en Sudamérica fue un
dato que preocupó a las oligarquías de la región, como asimismo al
Pentágono. Desde el primer día en que asumió Evo Morales, 22 de
enero de 2006, la contrarrevolución se puso en marcha.
Nacionalización de los Hidrocarburos, Reforma Agraria,
redistribución más equitativa de las riquezas, llamado a una
asamblea constituyente, incorporación al ALBA, política soberana y
dignificación de los sectores más desprotegidos provocó la ira de
las clases dominantes bolivianas.
La contrarrevolución
La contrarrevolución plantó su centro de operaciones en el
departamento de Santa Cruz. Este departamento del oriente boliviano
(9 departamento constituyen Bolivia) es el más extenso en superficie
(casi 1/3 del territorio nacional) y su capital, Santa Cruz de la
Sierra es la ciudad más poblada (1.200.000 habitantes contra 800.000
de La Paz y 1.000.000 de El Alto). A su vez, el departamento de
Santa Cruz lidera a otros tres departamentos también del oriente,
que juntos constituyen la llamada "Media Luna": Santa Cruz, Tarija,
Pando y Beni.
La "Media Luna" es la región donde más se concentran las riquezas
del país: hidrocarburos, ganadería, agricultura y madera. La
decadencia de la minería, la explotación de hidrocarburos y los
productos agrícolas-ganaderos para la exportación, trasladó de
occidente a oriente el polo de riquezas. El 44% del PBI de toda
Bolivia lo aporta esta región. En consecuencia, la nueva oligarquía
boliviana se concentró mayoritariamente en esa localidad, centro
operativo de sus negocios y del quehacer político.
La "Media Luna"
Como nueva ciudad importante (la pujanza de Santa Cruz se remonta
solo a las últimas décadas), mantiene a una oligarquía tradicional
que no se mestizó con el enorme componente indígena del occidente.
El "camba", como se denomina al santacruceño, es blanco,
descendiente de españoles o de inmigrantes europeos y profundamente
racista. El desprecio al indio, sea quechua, aymara, chiquitano o
guaraní es lo que los caracteriza como clase dominante.
Las "autonomías"
El pretexto para derrocar al gobierno de Evo entonces, es el tema de
las "autonomías", que quiere decir: no dejarse gobernar por los
indios de occidente. Si el país ya no es más de nosotros –analizan-
nos separamos y constituimos nuestro propio país; para los indios el
occidente, el altiplano pobre; para nosotros el oriente rico y
pujante. Esta idea es apuntalada permanentemente desde la embajada
de los Estados Unidos y la Confederación Internacional por la
Libertad y Autonomía Regional, CONFILAR, suerte de internacional
latinoamericana que nuclea a los máximos exponentes de las
oligarquías zuliana, guayaquileña y santacruceña.
Por lo tanto el tema de las "autonomías" no es una cuestión de
carácter político administrativo; sino profundamente político. Lo
que se está discutiendo es el tema del poder, o mejor dicho de quien
ejerce el poder en Bolivia.
El Plan inmediato
En atención a lo anteriormente expuesto, los antecedentes racistas y
la superexplotación a que ha sometido al pueblo boliviano, esta
oligarquía se expresa cotidianamente con una metodología fascista,
que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar futuros escenarios.
El referendo autonómico que se plantea para el 4 de mayo próximo,
puede poner al país hermano al borde de una guerra civil.
Probablemente esa oligarquía no pretenda llegar a ese extremo, pero
sí intenta producir un "baño de sangre" o una gran conmoción
interna, para exigirle al presidente Evo Morales a presentar
una "renuncia digna", con la excusa de pacificar al país y evitar su
desmembramiento. En síntesis, el objetivo inmediato es presionar
para que Evo renuncie, en un "gesto patriótico", para cambiar así la
correlación de fuerzas.
El actual "empate"
Varios analistas e intelectuales caracterizan el momento actual como
un empate entre la revolución y la contrarrevolución. La puja
entonces es por el desequilibrio de uno de los actores en juego. La
oligarquía pretende entonces desequilibrar esta situación buscando
la ventaja para sus intereses, voltear al "indio Evo" y negociar con
sectores más "potables" y conciliadores. La extorsión permanente es
la posibilidad de dividir el país apelando a un supuesto derecho
de "autodeterminación de los pueblos" que le daría una
fachada "democrática", cuando realmente es una excusa para la
desestabilización del gobierno democrático y popular. La maniobra de
la contrarrevolución es excesivamente peligrosa para ambas partes.
Separatismo y geopolítica
Asimismo se suma un nuevo elemento que podrían acelerar los tiempos
de la intentona separatista. Las elecciones del 20 de abril en
Paraguay dieron el triunfo a Fernando Lugo. Es pública la simpatía
del sacerdote paraguayo con el presidente Morales y eso más que
preocupa al gobierno estadounidense. Una importante frontera común
hace que dos gobiernos progresistas puedan avanzar en un proceso de
integración y complementación de inédita potencialidad. Quienes
justamente limitan con el oeste paraguayo son los departamentos de
la "Media Luna" boliviana. La doctrina del "Estado Tapón", manejada
por el imperialismo en varias oportunidades (caso Uruguay) vuelve a
aparecer en el horizonte de la geopolítica imperialista, así como
pudimos verlo con la reciente separación de Kosovo. No es casual que
el actual embajador estadounidense en Bolivia fue uno de los
artífices de la "independencia" de Kosovo.
Solidaridad plena y militante
Solo el pueblo movilizado y la solidaridad internacional ayudarán al
gobierno popular para enfrentar la embestida oligárquica
imperialista. Es fundamental en estos momentos montar una campaña
internacional en favor de Bolivia, denunciar la injerencia
estadounidense y al fascismo boliviano, cooperar aceleradamente con
el gobierno de Evo y poner en estado de alerta y movilización a las
fuerzas populares latinoamericanas.
El documento de solidaridad con Bolivia emitido por el Congreso
Bolivariano de los Pueblos es claro al respecto: "cada vez más, el
destino de nuestros pueblos está íntimamente vinculado". Ningún
esfuerzo habrá que escatimar en defensa de Evo Morales, su legítimo
gobierno y el pueblo boliviano. Es hora de definiciones, es hora de
una contraofensiva popular, que no es otra que la profundización del
proceso revolucionario.
Ver en línea : http://todosconbolivia.org/
16 de mayo de 2008, 12:47, por Mr. X
¡Te digo que es inútil! (sacando la lengua)
1. ¿Quién fue el ignorante que en el primer comentario escribió la interjección "ay" con "h"?
2. Sí, existe el valor simbólico en todas las cosas. Entonces estamos de acuerdo: debería estudiarse en la Facultad de Filosofía de Bolivia, o en la de Letras, o en la de Ciencias de la Comunicación. Pero no en la Facultad de Derecho: como Constitución, esas declaraciones la hacen bastante indeseable, inútil, ridícula. Claro, deberíamos entrar en la discusión acerca de qué es una Constitución, cuál es su objeto y contenido. Y claro, no vamos a entrar en esa discusión, a menos que me provoques. La nuestra (a la que hiciste referencia), bien podría servir como papel higiénico. Saludos.
Der. Ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes e instituciones de la organización política.
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O sea que no es un "librito literaturesco donde un pueblo expresa sus anhelos de progreso".
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