Jorge Luis Borges

"Lo peor que puede pasar en una mesa, cuando el tema es Borges, es que los que conversan empiecen con la cantinela de su posición política y la mar en coche. Hasta los 25 años yo me tomaba el trabajo de discutir sobre el asunto (un día en Chile, incluso, me cagué a palo con uno). Pero desde que maduré, me levanto de la mesa y me voy sin saludar.

Para ser hincha de Borges, pero hincha en serio, ojo, es necesario ir todos los domingos a la cancha. No vale ser "simpatizante". Es decir, no vale comprarse los tres tomos color manzana y tenerlos a la vista en el anaquel. No vale "haber leído" a Borges. Para ser un incondicional, por lo menos la Poética Completa tiene que vivir en el baño, arriba del canasto de la ropa, junto a la revista dominical del diario y el Deportivo del lunes.

Para empezar, hay que saber que Borges dijo todo lo necesario que había para decir en el mundo. Si no tenés bien clarito esto, no podés ser hincha. Las demás cosas que dijo o escribió el resto pueden estar bien o mal, pero no son tan tan tan fundamentales. Por eso, en cualquier conversación jugosa sobre cualquier tema, un hincha en serio no tiene otra opción que decir, cada dos por tres: "boludo, ya lo decía Borges", y poner cara de barrabrava.

(...)

Pero lo más importante para un hincha en serio es no hacer alarde de Borges. No hay que decir nunca (y mucho menos en un blog que se lee en la península) que Borges es el mejor escritor en castellano de todos los tiempos. Porque a los cervantinos se les atraganta la comida cada vez que descubren que la Eurocopa a veces la ganan, sí, pero que el Mundial fue y será siempre blanquiceleste."

Fragmento del artículo "Borges, sobre el tablón", de Hernán Casciari.

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