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Artículos de esta sección

  • La luna con gatillo

    , por Martín Gaitán, Raúl González Tuñón

    Es preciso que nos entendamos. Yo hablo de algo seguro y de algo posible. Seguro es que todos coman y vivan dignamente y es posible saber algún día muchas cosas que hoy ignoramos. Entonces, es necesario que esto cambie. El carpintero ha hecho esta mesa verdaderamente perfecta donde se inclina la niña dorada y el celeste padre rezonga. Un ebanista, un albañil, un herrero, un zapatero, también saben lo suyo. El minero baja a la mina, al fondo de la estrella muerta. El campesino siembra y siega (...)

  • Esdrújulo

    , por Daniel Viglietti, Martín Gaitán
    A La Rousis
    Se trata cósmicos de ser más fértiles,
    de no ser tímidos, de ser más trópicos,
    de ir a lo pálido, volverlo térmico,
    sentirse prójimo de lo más lúdico,
     
    con verdes lápices trazar el ámbito
    de lo que mágico rompe los límites,
    buscar lo hidráulico de lo volcánico,
    librar la métrica, cambiar de sílabas.
     
    Y con elásticas formas anárquicas
    tocar lo afónico que suene homérico,
    fundar metáforas, crear la hipótesis
    de que lo asmático se vuelva oxígeno.
     
    Situar la brújula al sur paupérrimo,
    armar las síncopas contra los déspotas,
    cambiar la tónica por una séptima,
    tocar en triángulo sones esféricos.
     
    Y a los dogmáticos tan poco orgásmicos,
    casi ni eróticos de ser tan púdicos,
    a esos acríticos de sesgo andrógino
    decirles ”gélidos, no sean retrógrados”.
     
    Y con armónicos cantar bien nítido
    contra lo frígido luchando tórridos,
    con armas múltiples llamando cálidos
    fondos oceánicos de lo más lúbrico.
     
    El ritmo cíclico del vals esdrújulo
    es cual la sístole que va a la diástole,
    todo cardíaco de andar eufórico,
    nada presbítero, más bien sacrílego.
     
    Amando nínfulas que sueña grávidas,
    el vals acróbata cruza los vértices
    llamando gráciles criaturas prístinas,
    seres prolíficos de lo aún inédito.
     
    Y a los arácnidos volverlos líricos
    y a sus ejércitos juzgarlos rápido
    mediante un árbitro de juicio ecuánime
    que encierre en cárceles impunes pérfidos.
     
    Y los políticos de gesto tránsfuga,
    los impertérritos, los siempre cómplices
    caerán patéticos en lo espasmódico
    cuando lo enérgico les corte el tránsito.
     
    Con lo poético del vals arrítmico,
    que está en lo crítico de sus propósitos,
    no pueden síncopes ni golpes fúnebres,
    ni es por patíbulos que quede acéfalo.
     
    Ni es por trifásicas que olvide históricas
    luchas titánicas por lo inalámbrico,
    por lo que ubérrimo se alza eufórico
    y anuncia próximos cambios históricos.
     
    Cuando el pobrísimo tome las cúpulas
    y los famélicos tomen las Áfricas
    y los indígenas tierra amazónica
    y los mecánicos tomen las fábricas
    y los utópicos salgan del prólogo
    y los daltónicos pinten lo nítido
    y los chuequísimos bailen de júbilo
     
    ya lo terrícola será libérrimo
    cual ritmo cíclico de un canto esdrújulo.
  • En estos días

    , por Martín Gaitán, Silvio Rodríguez

    A la mujer que amo y me ama En estos días, todo el viento del mundo sopla en tu dirección La osa mayor corrige la punta de su cola Y te corona con la estrella que guía: la mía Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas La lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles Las flores te maldicen muriendo, celosas En estos días no sale el sol, sino tu rostro Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos ¡Ay!, de estos días terribles ¡Ay!, de lo indescriptible En (...)

  • Nueva Constitución Política del Estado Boliviano

    , por Martín Gaitán

    Al valiente Pueblo Boliviano, que sabe de lucha, sudor y revoluciones En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas. Así conformamos nuestros pueblos, y jamás (...)

  • Si llega a ser tucumana

    , por Martín Gaitán
    Si la cintura es un junco
    y la boca es colorada,
    si son los ojos retintos...
    esa moza es tucumana.
     
    Si es dulce como esa niña
    y airosa cuando la bailan,
    si te gana el corazón...
    esa zamba es tucumana.
     
    Y si la moza y la zamba
    llegan a ser tucumanas,
    ahogate en agua bendita
    que ya ni el diablo te salva.
     
    Si es redondita y jugosa
    lo mismo que una naranja,
    si es de noche cerrada el pelo...
    esa moza es tucumana.
     
    Si a la sombra del pañuelo
    le va anudando distancias,
    si te consuela y te miente...
    esa zamba es tucumana.
     
    Y si la moza y la zamba
    llegan a ser tucumanas,
    ahogate en agua bendita
    que ya ni el diablo te salva.

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