Crónica de un intento de homenaje
, por
Rosario, entre el 13 y el 16 de junio de 2008
Muchas de estas fotos logré sacarlar gracias al descubrimiento de mi amigo y compañero Leandro y a la aparaciencia profesional (para el que no tiene mucha idea) de mi cámara de fotos.
— Tincho, mirá, ahí están acreditando a la prensa — anotició Lea, y yo enfilé para la cola.
— Hola, acabo de llegar de Neuquén, cubro para el periódico 8300. — indiqué a la chica con total convicción.
— A ver, dejame buscar... — contestó totalmente desbordada por la situación, la acreditadora — Bueno, pasá.
Fácil. Ja.
La credencial que obtuve fue objeto de confusión y discordia el resto de los dias, porque se trataba de una que daba el Movimiento de Solidaridad con Cuba y nada tenía de oficial. Sin embargo, con un poco de insistencia y otro poco de actuación (paso 1: convéncete a tí mismo de que estás trabajando) logré ingresar a todos los actos y al recital.
En cada lugar, además de no contar con la credencial que todo trabajador de prensa debía exhibir, el contraste con los super equipos de todos los fotógrafos denotaba mi amateurismo. Para decirlo en criollo: mi cámara no tiene zoom, y por lo tanto, tengo que acercarme todo lo que pueda si quiero un encuadre cerrado. Igual, mal que mal, funcionó.
Claro está que en las fotos en las que yo aparezco no fueron tomadas por mí. Pero no es tan evidente que las del carrousel y silo las tomó Mariano.