Yo tenia diez años y Senillosa, el pueblo donde jugábamos, un viento de 60Km por hora. Era un partido interzonal de la categoría 82-83 y, por alguna extraña razón, probablemente porque el técnico se había tomado la primera "Cherry Coca" del mercado, yo jugaba de 9 titular. Como el viento atravesaba la cancha longitudinalmente las tácticas de los equipos eran bien sencillas. En el tiempo que era a favor había que patear hacia el lateral opuesto, intentando conservar la pelota dentro de la franja que (...)
El gol no está hecho
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