Una vez más, batiendo records de estupidez, he perdido mi documento. El próximo será mi... cuadruplicado. Los documentos y las gomas de borrar, al menos los mios, son objetos destinados a la dimensión de las cosas perdidas. Allí deben estar, haciendose un lugar entre inocencias. Sin embargo, los perjuicios que ocasiona el extravío de uno y otro objeto son bastante distintos. La goma es más fácil de suplir: siempre cabe la posibilidad de encontrar una no muy mordida en algún lápiz chino (de esos (...)
Identidad
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