No puedo creerlo gato, yo pensé que era el único cuya adolescencia neuquina le jugaba malas pasadas producto de los delirios de una mente calenturienta. No te das una idea de cuan parecidas han sido digamos... unas 5 historias mías. Te agradezco haberme hecho reencontrar con el joven perdedor pre-rastoso que era (lo de perdedor lo conservo desgraciadamente....solo el pelo se fué). Saludos gato, ya nos contarás mas detalles.