Tin Querido: Debo confesarte que me generó cierta melancolía modificar nuestro esquema de navidades "con la madre". Superada y resignada esa instancia, decidí que yo merecía pasarla bien sin Uds. Acepté generosa invitación de mi fiel amiga Norma y su flía. Todavía me resuenan tus palabras temblorosas a las 13.15 del 24 "vieji, nunca más te niegues a usar el cinturón"... "tuvimos accidente" "estanos bien"...+ Pude contener y controlar el llanto, el grito, la impotencia,la necesidad de volar al lugar del hecho, porque vos mismo me diste fuerza, me alentante, me diste confianza.¡ Qué grande, mi (...)