La señorita Claudia le pregunta a Ferro: ¿Quién fundó la ciudad de Asunción? Ferro lo ignora y lo confiesa. La maestra intenta por otros rumbos. Tissot. No sé, señorita. Rossi. Silencio. El ambiente se pone pesado porque quizá la señorita Claudia enseñó aquello el día anterior. Maldonado. Nada. Claudia frunce el ceño y ensaya unos reproches generales. Frezza, el tano Frezza, lo sabe de algún modo misterioso. Es extraño el camino que siguen las nociones: suelen alojarse donde menos se piensa. (...)
El niño que fue a menos
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