Caminar por la calle transmite sensaciones de todos los colores y gustos, pero uno debe estar atento para percibirlos. En general sucede que vamos nerviosos, apurados, con hambre, pensando en la mala racha de Boca o en esa mujer que no nos da bola, y entonces nos perdemos todas esas historias que la calle nos regala por sólo estar ahí, mirando. La calle no es sólo el asfalto y la vereda, entiendasé. Tampoco se completa si sumamos los cordones y las esquinas. La calle es todo lo que hay afuera: (...)
Literatura Urbana
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