Hola Martín, recién terminé de leer tus palabras en el "ENGAÑADOR" y la verdad es que me siento inmensamente feliz de que puedas estar acá conmigo compartiendo todas estas cosas, como diríamos en el idioma pandillero “juntando anécdotas para contárselas a nuestros nietos”, al mejor estilo “reminiscencias”, esas cosas esos recuerdos que se guardan ahí bien cerquita del alma. Es un poco paradójica la situación y les diré por qué, y ya no dirigiéndome a él, sino a todos sus lectores. Sucede que me he dedicado a leer cada una de las cosas que escribe en esta página cual si fuera yo un conocido más, alguien (...)