Charly García

"El hombre invisible. El Fantasma del Paraíso. El vampiro bajo el sol. El largo y sinuoso camino que va de un niño prodigio con oído absoluto a un hombre de piano bar con oído absoluto. No va a ser fácil. Una supuesta entrada modelo García, Charly en una supuesta enciclopedia va a plantear problemas y necesitar de buen espacio, y está bien que así sea. ¿Cómo resumir a alguien, cómo precisarlo? Ante la propuesta y el desafío, Charly García vuelve al principio de la conversación y al principio de todas las cosas. Está sentado en la terraza de un bar que, en los últimos días, le funciona como un satélite de su estudio de grabación, y pide que le pasen por los altoparlantes una cinta con sus teclados, y rasguea encima una guitarra acústica y canta una canción nueva: “One to One”. Una muy buena canción que compuso “en muy poco tiempo”. Instinto y disciplina y a ver qué pasa, a oír cómo suena y a postergar la respuesta, porque ahora está cantando.

Al final contesta. Habla de la diferencia entre el disco y el compact disc, entre las elegantes curvas de la onda sonora y la precisa frialdad del número, entre la válvula y el láser, y lo analógico y lo digital.

“El problema de lo digital es que no distorsiona. Y la distorsión es parte de lo que escuchamos y de nuestra vida. Lo digital es muy limpio. Se pasaron de revoluciones a la hora de pasar la escoba. Es como un cuadro que no tiene límites y entonces al artista se le hace muy difícil ubicar los colores: no hay marco. Por eso yo trato de evitar todo lo que sea digital per se. Lo digital es muy democrático, pero no es la posta. Por eso hay mucha gente que te dice que los discos suenan mejor que los CD y, cuando les preguntás por qué, no saben explicártelo. Lo que pasa es que no se dan cuenta, pero extrañan la distorsión, el ruido de fondo. En realidad, si lo pienso un poco, toda mi historia se limita a los problemas y las alegrías de alguien cada vez más analógico en un mundo cada vez más digital, ¿se entiende?”

Se entiende y es la hora en que alguien empieza a encender los neones de la noche, uno por uno y sin apuro. Hay una vibración eléctrica en el aire de esta ciudad que alguna vez Charly García pidió que no bombardearan, y hasta es posible que todos los semáforos y los electrodomésticos y las bocinas de los automóviles de Buenos Aires suenen en la misma frecuencia. El sonido de Charly García dando en el clavo y en la nota. Ruido de fondo en Fa sostenido."

Fragmento de una entrevista de Rodrigo Fresán

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