Querida Cami

, por Martín Gaitán

Querida Cami:

Ayer fue tu cumple numero siete, y como no me alcanzó con hablarte por teléfono, quería escribirte una cartita. Mientras escribo esto son las seis y media de la mañana, y por atrás de todos los edificios que se ven desde mi ventana, está por salir el sol. Seguro que ahora vos estarás durmiendo y soñando cosas lindas, siempre que tu hermanito no esté llorando mucho. Yo, como no podía dormir, me puse a mirar las fotos que tengo pegadas con cintéx al lado de mi cama y me dieron ganas de escribirte.

¡Siete años, Cami! Y que lindos que fueron para toda la familia tus siete años. No me acuerdo mucho de la noche cuando tus papis nos contaron que ibas a venir, pero estábamos en el livin de nuestra casa, la Abue, Nano y yo. La más contenta fue la abuela, y creo que yo me asusté más que tu papá —que aunque diga que no, estaba asustado— . La abue dice que es porque me parezco, en algunas cosas, al abuelo Walter.

Esos meses en los que vos estabas en la pancita se pasaron rápido, aunque tu mami probablemente no coincidirá conmigo. Lo cierto es que todos estábamos ansiosos esperándote y lo más gracioso es que nadie sabía si eras una nena o un nene, porque tus papis quisieron que fuese una sorpresa para todos. Te llamaban Junior, que según ellos es un nombre unisex (o sea, que sirve para nenes y para nenas).

Igual, muchos en la familia, casi todos, creían que ibas a ser un varón. Y hasta tu tio Nano aparece en un video que filmamos un dia antes de tu llegada, dándole la bienvenida a Santiago, que es como te hubieses llamado si tuvieras pitito. Yo no estaba seguro, pero como me gusta dar la contra, decia que ibas a ser una nena...¡y acerté!

Al fin naciste y fue una emoción para todos. Yo fui a verte recien a la tarde, porque la abue no me dejó faltar a la escuela. Eras chiquitita, pelada y tenías los cachetes colorados. Alzarte por primera vez fue una de las cosas mas lindas que me pasaron. Bueno, ser tu tio es una de las cosas mas lindas que me pasaron.

Anoche cuando hablé con vos, me dieron muchas ganas de estar allá para darte muchos besos, decirte feliz cumple y darte ese regalo que me pediste. Y también para que juguemos a ver cochinadas en el techo, tomar un helado, o que intentemos alejar tu miedo a andar en bicicleta.

Sabés, el miércoles, un dia antes que el tuyo, fue el cumpleaños de otra nena que conozco, que se llama Daiana y es un poco más grande que vos. Vive con sus papás y sus hermanitos acá en Córdoba. A esa nena, y a otros muchos, los conoci porque los sábados voy con unos amigos a la escuelita de su barrio y les ayudamos a hacer las tareas, jugamos y le damos la leche con facturas o sanguchitos. Es re lindo ir porque me divierto mucho, y creo que a ellos también les gusta que vayamos.

A Daiana hace unas semanas le pasó algo un poco triste. Su pieza, que es un poco de ladrillo y otro poco de madera, se prendió fuego. Por suerte nadie se lastimó, pero se llevaron un susto muy grande porque estaba durmiendo su hermanita que tiene la edad de Joaco, y además perdieron toda la ropa. Daiana igual estaba contenta, porque me contó que los vecinos del barrio y sus tios los ayudaron, y entre todos juntaron ropa y zapatillas para darles. Además su tia, que vive en un lugar llamado Rio Primero, le dijo que en las vacaciones de invierno puede ir con ella y ayudarle a limpiar la casa de unos señores, y entonces ganar un poco de plata para comprarse lo que quiera. Ella dice que se va a comprar el compact de Floricienta y unos jeans nuevos.

Hasta ayer, que me dijiste que querías la peli de Bob Esponja, yo te iba a regalar un libro de cuentos, y de paso iba a regalarle uno de poesias a Daiana, porque a ella le encantan las poesias y las canciones de amor. ¿Vos que opinás, le gustará mi regalo?

Cami, sé que sabés leer y escribir muy bien, pero no estoy seguro si entenderás del todo esta cartita. Es que ni yo sé bien qué quiero contarte, ando un poco confundido. A veces me da miedo darme cuenta que hay muchas cosas feas que pasan, y ese miedo me confunde. Pero estoy seguro que las cosas feas se pueden cambiar por otras muy lindas, porque somos muchos los que queremos que cambien y sólo nos falta ponernos de acuerdo en qué hacer, y hacerlo. Ojo, no dije que esa tarea fuera fácil; y despues de todo es mejor, a nosotros dos siempre nos aburren las tareas fáciles.

Ahora tenés siete, y aunque algunos puedan decirte (por conveniencia) que ya sos una nena grande, aún sos chiquita. Pero eso no impidió que desde hace mucho sepas cosas muy pero muy importantes como reirte mucho, ser buena con todos y regalarnos, con tus ocurrencias y tus mimos, mucha felicidad.

¡Que lindo! Recién, como hace siete años, acaba de salir el sol.

Te quiero mucho. TiN