Insomnios

, por Martín Gaitán

[Martes, 28 de Noviembre de 2006, 6:08am]

No consigo dormir, tengo un examen atravesado entre los párpados. Le diría que se vaya, si pudiera, pero tengo un examen atravesado en la garganta.

A Galeano le queda más lindo, sí. Porque a él, en sus noches de insomnio, se le cruzan mujeres en vez de exámenes. Además, infiriendo por el precio de sus libros, puede preocuparse por "el futuro" (de américa latina, del neoliberalismo o de las tribus del amazónas que usan flequillo los viernes por la tarde) porque no tiene que preocuparse por "su futuro". Galeano, viagra de por medio o no, a esta hora seguro que está cogiendo.

En cambio yo, el de estas últimas semanas, pobre infeliz pobre, infeliz pobre infeliz, no consigo dormir y no hay forma de hacer poesía con eso. Porque son tristes mis no-sueños.

¿Qué puede salir de recordar cuando cerré los ojos y vi desnuda esa sumatoria de convolución en tiempo discreto? ¿O aquella propiedad de transformada de fourier que describe el desplazamiento de la señal en el espectro de frencuencias, tirándome besitos desde el pizarrón?

Una vez, hace mucho, supe que Graciela Alfano es ingeniera. Palabra. Pienso si a ella le habrá quedado lugar en la garganta para que se le atraviese un examen.

¿Y al Ingeniero Blumberg? Seguro que si se le atrevesó alguno, lo cagó a tiros con el revólver de la mesita de luz, adujo que fue en defensa personal y exigió cadena perpetua para el titular de la cátedra.

No consigo dormir, y mi cuerpo jura que es la última vez que me deja cursar seis materias en un cuatrimestre. Porque desde hace un tiempo mi cuerpo me habla, se burla de mí, me dice por ejemplo que dentro de poco se va a morfar mi calzoncillo a través del ombligo, y que sólo falta que la gravedad le ayude un poquito más. Y encima, pedazo de cínico, dice que en realidad lo que quiere es hacerme cosquillitas para que me ria un poco, y que por eso deja caer mechones de pelo por la espalda.

En estos últimos días me cerraron un sitio de internet (que era mi única mejor idea), mis clientes de España ya amenazaron con la interpol, estalló una ventana de mi departamento y casi mato al verdulero de planta baja, se quemó el modem y me quedé sin adsl, la última chica que me gustó me dijo basta y todavía no puedo olvidarme de la última que amé. Para disimularla un poco, el destino canceló la nube indivual sobre mi cabeza, y hace tres dias que llueve en todo el país.

Ya me dió sueño. Pero acaba de sonar el despertador.