Bienvenida al Club

, por Martín Gaitán

Estimada Srta. Aitana: Estoy en la poco existencial duda sobre si debí leer, y mas aún, responder a su carta, dado que está dirigida a sus "queridos amigos y compañeros", mas en ninguna parte de su misiva se hace mención a sus amantes, categoría a la cual creo pertenecer.

Obviando tal insignificante omisión, deseo brindarle mi menos sentida lástima por la perdida de su aparatito* y mi más sentida bienvenida al Club.

Vaya la aclaracion: el Club no sólo acepta miembros que hayan extraviado accidentalmente su móvil como es su caso. También acepta a quienes se lo revolearon a la pareja emulando al cenicero de Susana, a quienes tuvieron hasta 3 simultaneamente y estallaron en un ataque de stress por el que hoy estan internados en un nosocomio, tambien a los que por problemas económicos lo dejaron de lado pa’poder comprar fideos y hasta a algunos pocos (los menos) que lo abandonaron por convicciones político-libertarias. Condición necesaria y suficiente para la admisión ha sido contundentemente superada por Ud., y notamos (yo, en nombre de la comision directiva del Club) la evidencia en la siguiente frase: No importa el lugar, ya todo te da igual… en el cine o en el banco sonará tu celular.

No importa cuanto hay en tus bolsillos hoy total tenés el coso puesto en modo vibrador.

Pero siempre estarán en mí esos buenos momentos que arruinó tu celular…

Si manejando estás, o pedaleando vas, no usés  el aparato, que te tengo que esquivar.

En clases ya es usual, el ruido informador, de todos uno atiende para eso es profesor.

Pero siempre estarán allí mandando mensajitos como si fuera genial…

Si hay algo que esconder o hay algo que apagar no es mucho lo que pido, que sea el celular.

Si hay algo que decir o hay algo que contar, mejor te llamo al fijo, no es cosa de gastar.

Y es que siempre estarán allí, sacando sus fotitos, no es ninguna novedad (los ponjas lo  hacían en el Mundial 98’).

No importa ya la edad, ni la clase social, Ministro o barrendero "lo usan para trabajar".

Importa el proveedor, importa su valor, importa el chip, mamucha, también importa el ring tone.

Porque tengo que ir a estudiar… concluyo este poema en un concepto musical:

¡Que un "móvil" es una luz brillando en la oscuridad, no hay nada más molesto que tu puto celular!

Pero siempre estarán allí jugando a los jueguitos que encontraron sin saber...

¡Que un "móvil" es una luz brillando en la oscuridad, tiralo a la mierda así no jode más!