Desde que tengo internet en el departamento escribo menos que cuando paseaba el diskette en el bolsillo. Y será casualidad, pero desde que tengo internet en el departamento volvió tal calor que ya andan Satanás y los Demonios felices por la calle. ¡Ajá! me acaba de llegar la sospecha de que mi enemistad con el teclado tiene que ver más con lo segundo. Tengo mucho para contar de estos dias, pero también mucho de cosas que he recordado sentado, durmiendo, comiendo o discutiendo sobre el sexo de (...)